Son raíces artificiales de titanio que se colocan en el hueso maxilar o mandibular para reemplazar dientes perdidos. Sobre ellos se colocan coronas, puentes o dentaduras.
Proceso:
1. Evaluación: Radiografías y examen para asegurar que el hueso sea adecuado.
2. Cirugía: Inserción del implante en el hueso, bajo anestesia local.
3. Cicatrización: El implante se integra al hueso durante unos 3-6 meses.
4. Colocación del pilar y corona: Una vez cicatrizado, se coloca el pilar y luego la corona final.
Ventajas:
– Estabilidad y durabilidad.
– Restauran la función masticatoria y estética.
– Preservan el hueso.
Consideraciones:
– Se necesita suficiente hueso para el implante.
– Condiciones como infecciones o el tabaquismo pueden afectar el éxito.
Es una opción eficaz para reemplazar dientes perdidos y mejorar la calidad de vida.